lunes, 30 de abril de 2007

Preso en mi ciudad

Dando vueltas por las imprecisas horas enmarcadas en una tarde soleada; intentamos capturar la nueva fisonomía que están adquiriendo los parques y las plazas en la Ciudad de Buenos Aires.

En medio de un contexto marcado por la flexibilización laboral y la fragmentación social (entre otros factores) hay un repliegue sobre el ámbito privado pero este movimiento también modifica el ámbito público, las formas de apropiación que se vuelcan sobre él y también su misma definición.

Para tomar un caso concreto nos ocuparemos de la mutación del Parque Centenario; su fachada ha cambiado pero más allá de las reformas realizadas en lo referente a su aspecto, hay un elemento en común que se está imponiendo en este ámbito en el cual se desarrolla una parte del ocio de la gente aledaña.Estos cambios agregaron un objeto más; muros de cuerpo de metal y piel gris se encargan ahora de contener al parque, a su gente y a cualquier visitante ( sólo bienvenido).Son el fiel reflejo del paradigma de la inseguridad que adopta forma de plataforma electoral y discurso vacío.

Fuera del caparazón hogareño se vuelve indispensable sentirse protegido de un enemigo externo no indentificado más que con una serie de tipificaciones encarnadas en el sentido y difundidas por determinadas clases.

La cuestión es: las rejas ¿significan sólo eso? ¿su función radica en proteger o en aislar? ¿el problema es la inseguridad o la marginación?. Aquí Hay algo que hace ruido....un ruido silencioso que intenta ocultarse ante la mirada aguda.



Las rejas y sus ejecutores intentan dividir entre un adentro y un afuera; entre el “ciudadano” y el marginado; si esto no es así ¿ qué paso con la gente que estaba viviendo en el parque?.En este punto el problema se transforma aparece ligado a causas políticas, sociales, económicas pero sobre todo a hombres hay una mano que dirige y otros que acatan sin instrumentos visibles para accionar.

Vuelve la pregunta frente al planteo de una mayor seguridad, de una mano dura que se imponga, que golpeé y oculte.....¿a dónde fue a para esa gente?....fantasmas transparentes encapsulados al costado del camino; ausentes para los ojos inmutables.








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